El antiguo barrio de Catedral del Sur, también llamado Monserrat, estaba habitado por la elite porteña del siglo XIX. Esta manzana debe su nombre a que a principios de dicho siglo, se consideraba que las instituciones que la ocupaban iluminaban la ciudad con educación, cultura y conocimiento científico.

Colegio Nacional de Buenos Aires

El solar ubicado al lado de la Iglesia de San Ignacio, en la calle Bolívar, que durante más de trescientos años fue asiento de instituciones dedicadas a la enseñanza, fue ocupado con más que justificado orgullo por el Colegio Nacional de Buenos Aires. De acuerdo a los diferentes momentos políticos que atravesaba el país, este colegio pasó por varias recreaciones. Así en 1823, Bernardino Rivadavia sugirió que se lo denominara Colegio de Ciencias Morales.
Unos años más tarde, en 1829, se efectuó en uno de sus claustros la primera exposición pictórica que se hacía en el país. Integraban la colección del señor José Mauroner, de origen francés, trescientos setenta y cinco cuadros pertenecientes a artistas de la valía de Velásquez, Rubens, Rafael…
Finalmente, el 14 de marzo de 1863, el presidente Bartolomé Mitre le otorgó mediante un decreto, el nombre definitivo: Colegio Nacional de Buenos Aires. Desde entonces pasó, además, a ser propiedad del Estado.
En los primeros años de este siglo el viejo edificio fue demolido con excepción de una galería del claustro bajo que está situado en forma paralela a la iglesia. En 1906 se iniciaron las obras de construcción del nuevo edificio, que es de estilo neoclásico francés, según proyecto del arquitecto Norberto Maillart. La inauguración oficial estuvo a cargo del presidente Roberto M. Ortiz, el 21 de mayo de 1938.
El Colegio Nacional de Buenos Aires tiene el orgullo de haber formado, desde sus orígenes, a muchos de los próceres de la independencia, o de la “generación del 80” y a numerosos hombres que desarrollaron tareas trascendentes para el paí: intelectuales, artistas, juristas, científicos, personalidades públicas…